Molde es una ciudad de tamaño medio a orillas del Romsdalsfjord. El municipio se encuentra rodeado de numerosos fiordos y montañas, característicos de la península de Romsdal donde se ubica. Molde surgió de un antiguo asentamiento comercial de arenque y madera a finales de la Edad Media. La ciudad experimentó un crecimiento progresivo durante los siglos XVIII y XIX gracias a la industria textil. En el siglo XIX la ciudad se convirtió en un importante destino turístico para las clases altas. El emperador alemán Guillermo II de Alemania y el Príncipe de Gales serán algunos de los ilustres visitantes que paseen por sus calles y se alojen en sus bucólicos hoteles.
La ciudad sufrirá dos devastadores incendios en 1916 y 1940 en los que ardieron un gran número de edificios. Durante la Segunda Guerra Mundial, Molde se convertirá en capital del país tras la huida del rey Haakon de Oslo. Las reservas de oro noruegas también se trasladaron a Molde y se escondieron en una fábrica de ropa. La ciudad será bombardeada por las fuerzas de ocupación alemanas en abril de 1940 durante varias noches consecutivas. Tras la contienda, Molde experimentó un rápido crecimiento. Hoy en día destacan en su economía sectores como la agricultura, la pesca, la producción industrial y el turismo.